jueves, 21 de junio de 2007

Concierto Triangulo de amor bizarro

Lolo nos deja esta crítica del concierto que el grupo gallego ofreció junto a Sr. Chinarro y Mendezt en la Sala Heineken (antes Arena) de Madrid a finales de mayo.



La primera vez que tuve que explicarle a alguien como suenan Triángulo de Amor Bizarro, (esas explicaciones alguna vez me han hecho decir que Sr. Chinarro eran como The Cure cantado por Kiko Veneno) encontré una forma fácil hacerlo, dije que era un grupo que pivotaba entre dos ejes, el eje más Jesus & mary Chain y el eje más My Bloody Valentine, pero todo cantado por Fernando Alfaro (dicho sea de paso, explicación nada original, puesto que todo el mundo, por lo visto, ha pensado lo mismo).

Como he dicho, esa era la explicación fácil.

La difícil sería esa que me dificulta poner palabras a la impepinable empatía que me genera este grupo que en principio me podía dar incluso cierta grima. En la Sala Heineken no solo defendieron con oficio su debut, que ya ha hecho que más de uno los vea como la nueva esperanza blanca del Pop-rock español, sino que en directo la propuesta, además, gana enteros.

Haciendo noble el arte de no saber a penas tocar y usar esto como ventaja, atronando con los sintetizadores saturados de bajo, marcando un ritmo marcial con esa peculiar manera de aporrear la guitarra, sacudiéndose por el escenario sin dar verguenza ajena; convenciendo, en definitiva.

Aunque haya excépticos (todos lo somos a cierta edad, pongamos eso como premisa) creo que hay razones para que les den el bombo que les estan dando, y eso en España, tristemente, ya es decir mucho. No sé, será la sensual voz ochenteroide de niña de cuadro de Balthus de las intervenciones de Isabel Cea, será que cuando suenan los organos las cuatro notas suenan a Suicide, será que los riffs más que riffs son drones, serán el ritmo de vals tóxico de estrella azul de españas o las frases como "Ya es fin de año, ¿por qué no follais?, que miedo me dais" dicho con esa voz tan susurrante y a la vez tan contundente.

Con Triángulo de Amor Bizarro pasa un poco como con Astrud, y antes de que nadie empiece a convulsionar, me explico: La clave está en si te hace gracia el chiste o no.
Yo me incluyo entre los que les hace gracia ambos chistes. Y es que estos no le deben más Jesus and Mary Chain de lo que Los Planetas podían deber, en sus inicios, a Mercury Rev, por poner un ejemplo, y yo desde luego, me atrevo a decir publicamente que a mí este gamberrismo tan deudor como autóctono, tan amateur que no cutre, tan abrasador, primero me hizo moverme y luego me dejó los oidos pitando y la sonrisa de bobo y esto, hijos míos, es motivo de jolgorio y confeti.

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